8 de junio del 2003

El disenso financiado por EE.UU. y el “Proyecto de Bibliotecas” en Cuba

“Pagos por servicios prestados”

Rhonda L. Neugebauer

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Presentación al Consejo del Pacífico sobe Estudios Latinoamericanos, 8-9 de noviembre de 2002; East Los Angeles College; Panel "Cuba Hoy."
Autor: Rhonda L. Neugebauer, Bibliógrafa, Estudios Latinoamericanos, Universidad de California, Riverside

INTRODUCCIÓN

Además de investigar las bibliotecas y la bibliotecología en mis viajes, Larry Oberg (Bibliotecario de la Universidad, Willamette University) y yo fuimos los primeros bibliotecarios de EE.UU. en visitar las así llamadas "bibliotecas independientes" en Cuba en 2000. Al entrevistar a los propietarios de esas "bibliotecas", descubrimos que esas "bibliotecas" eran puntos de entrega y de contacto cuidadosamente elegidos para personal de la Sección de Intereses de EE.UU. y otros, que las visitaban regularmente, para entregar materiales y dinero. También descubrimos que al aceptar materiales antigubernamentales y al desarrollar "bibliotecas" con esos materiales, los "bibliotecarios" se calificaban para cobrar un estipendio mensual -"por servicios rendidos", como uno de ellos lo describió.

Nuestras entrevistas con estos "bibliotecarios" contradijeron una gran parte de la campaña de relaciones públicas que sus pagadores de EE.UU. habían emprendido, y establecieron que los comunicados circulados en EE.UU. sobre esas "bibliotecas" eran intencionalmente engañosos y políticamente motivados. Al tener un testimonio de primera mano sobre sus métodos, actividades y contactos en EE.UU., Larry y yo pudimos insertar nueva información sobre esos "bibliotecarios" en el debate que agita a los círculos bibliotecológicos internacionales y que, hasta nuestro retorno, había sido totalmente dominado por la fachada pública de sus manipuladores en EE.UU., un grupo llamado los "Amigos de las Bibliotecas Cubanas". Nuestra investigación probó que lo que la campaña de los "Amigos de las Bibliotecas Cubanas" identificaba como una "fuerza por la libertad intelectual" formaba simplemente parte integral de una estrategia de política exterior de EE.UU. que de manera insincera aboga por la "apertura de la sociedad civil" en Cuba mediante el financiamiento de una variedad de grupos disidentes. Durante los últimos años, Washington ha entregado millones de dólares a grupos estadounidenses y cubanos para que creen una "sociedad civil", que esperan conducirá a la desestabilización del gobierno cubano y en última instancia a un "cambio de régimen" en La Habana.

Aunque comencé mis viajes para estudiar las bibliotecas cubanas, Larry yo nos vimos inmediatamente arrastrados a la contienda ideológica y política para declarar a esos "bibliotecarios independientes" como los únicos bastiones de la libertad intelectual en la isla. Por ello, comenzamos a estudiar esas "bibliotecas" y a sus patrocinadores. Hoy, describiré brevemente en primer lugar las bibliotecas y la bibliotecología cubanas, para suministrar información sobre la profesión de bibliotecario en Cuba, examinar los temas que confrontan sobre una base diaria, y proveer algo de contexto y de antecedentes para las críticas de la profesión que los que están fuera de Cuba presentan contra los "bibliotecarios del estado", como los llaman sus detractores. Después de eso, hablaré sobre el tema de las "bibliotecas independientes".

Mientras los defensores de las "bibliotecas independientes" simplemente presentan a los bibliotecarios cubanos como agentes de una conspiración del gobierno para negar a los cubanos información vital y análisis sobre su gobierno, su sociedad, y el mundo, existe otro aspecto del asunto, la lucha de los bibliotecarios cubanos -trabajando bajo condiciones de subdesarrollo y desestabilización- por crear depósitos sustanciosos y una transmisión del patrimonio intelectual y cultural que refleje a todos los cubanos y que sea utilizada por todos los cubanos. Es por donde comenzaré hoy.

Bibliotecas cubanas

Las prioridades sociales y culturales de la revolución en Cuba han influenciado el desarrollo del país desde 1959, y han resultado en un claro énfasis en la alfabetización, la educación, la cultura y las artes. Este énfasis ha producido una sociedad rica en oportunidades educacionales, intelectuales y culturales y una población instruida, altamente educada y muy leída.

También han producido bibliotecas con una programación educacional dinámica y alcance al público y una profesión de bibliotecario con un compromiso hacia la continua evaluación de las necesidades de la comunidad basada en el trabajo activo con diversas poblaciones de usuarios. Además, este énfasis ha asegurado a las bibliotecas un papel destacado en la conservación de registros históricos, en la promoción de la lectura y de una educación adulta vitalicia, y la preservación del patrimonio cultural, haciendo que las bibliotecas sean instituciones respetadas y apreciadas en Cuba.

Existe una gran demanda de materiales de lectura, porque Cuba es una nación de lectores. Esto no es sorprendente, en un país con una tasa de alfabetización de un 97% (según el Programa de Desarrollo de la ONU y el Banco Mundial) y con educación gratuita hasta el nivel de doctorado. Los usuarios de las bibliotecas están acostumbrados a tener a su disposición una variedad de materiales de lectura -desde los clásicos hasta la literatura contemporánea, desde la ficción latinoamericana a trabajos actuales e históricos de todo el mundo. Los cubanos invierten mucho tiempo y energía en su educación y consideran que las bibliotecas son esenciales para su éxito académico y personal. Esperan que las bibliotecas suministren materiales suplementarios para los programas de licenciatura, sus deberes y tareas escolares, trabajos de referencia, materiales en idiomas extranjeros, así como trabajos recreativos, música, servicios especiales (especialmente para los ciegos, y para individuos con discapacidades en su desarrollo), y, cada vez más, servicios online y acceso a Internet. Para satisfacer esas demandas, los bibliotecarios cubanos organizan colecciones en una variedad de disciplinas y géneros, y desarrollan programas y difusión para compartir los recursos de las bibliotecas con el público y dentro de la red de bibliotecas escolares, públicas y universitarias que es operada por la Biblioteca Nacional. Y están construyendo gradualmente la infraestructura que proveerá acceso a recursos online y de Internet.

La bibliotecología cubana

Los bibliotecarios cubanos realizan muchas actividades idénticas a las de sus equivalentes estadounidenses. Se esfuerzan por crear colecciones amplias y profundas que reflejan su identidad cultural y nacional y proveer información y servicios de referencia a investigadores, profesionales y al público. Organizan y preservan materiales en diversos formatos, crean instrumentos que ayudan a los usuarios en el uso de sus colecciones y utilizan cada vez más nuevas tecnologías para formatear y entregar sus recursos.

Sin embargo, hay considerables diferencias entre el ambiente de las bibliotecas en EE.UU. y el de Cuba. Cuba es un país "en vía de desarrollo". El impacto del "subdesarrollo" significa que las bibliotecas cubanas confrontan penurias crónicas de recursos básicos, como ser plumas estilográficas y papel y en muchos casos, tienen instalaciones en deterioro, sistemas telefónicos y redes de telecomunicaciones nacionales e internacionales inadecuados, y financiamiento insuficiente para materiales. Y, como en la mayoría de los "países subdesarrollados", es difícil y costoso agregar una línea telefónica a la biblioteca, comprar equipo de ordenadores, establecer redes y centrales que permitan acceso a Internet, y comprar suficientes libros y revistas necesitados por los usuarios. Para complicar la situación, durante el "período especial" a principios de los años 90, la industria editorial fue prácticamente paralizada por una falta de papel en el país. La industria del libro cubana ha continuado con una reducida producción editorial y con ediciones limitadas por la escasez de papel y de insumos, aunque se ha recuperado algo.

Además de los aspectos macroeconómicos, otra diferencia fundamental entre las bibliotecas de EE.UU. y de Cuba es que las bibliotecas cubanas operan dentro del contexto del embargo comercial punitivo impuesto por un gobierno extranjero hostil: Estados Unidos. El embargo ha afectado profundamente al país y las consecuencias para las bibliotecas son notables y conspicuas. El embargo, en efecto desde 1962, limita la capacidad del país de adquirir insumos editoriales y de oficina, papel, ordenadores y tecnología, equipos para bibliotecas (como ser fotocopiadoras, tinta, lectores de microfilm, la película propiamente tal) y literalmente todos los materiales que deben ser comprados con divisas. Las operaciones de todos los días de las bibliotecas son afectadas por los costos incrementados asociados con las compras -y aun con las donaciones- que deben ser hechas o transportadas a través de un tercer país. Las posibilidades de compartir los conocimientos y la experiencia profesionales con la comunidad bibliotecaria internacional han sido negativamente afectadas por las restricciones de comercio y de viaje impuestas por el gobierno de EE.UU. Por ejemplo, el año pasado en una exposición bibliográfica y de catálogos en la Universidad del Caribe, Conferencia de Bibliotecas de Investigación e Institucionales (ACURIL), Centro de Bibliotecas Informáticas Online (OCLC), no se les permitió establecer un stand. Tampoco se permite que los editores de EE.UU. participen en la feria del libro anual en Cuba. (Y el próximo año, cuando se expanda a todas las 15 provincias, también se les prohibirá participar). Además de afectar la exposición y el marketing de los vendedores, las restricciones del viaje de los bibliotecarios estadounidenses a Cuba han inhibido el contacto entre bibliotecarios de EE.UU. y Cuba. Para los bibliotecarios de EE.UU. el viaje es permitido sólo después de obtener una autorización del Departamento del Tesoro. El gobierno de EE.UU. ha frecuentemente denegado visas a los bibliotecarios cubanos para la participación en conferencias y seminarios en EE.UU. y para trabajos investigativos. Para decirlo simplemente, el embargo comercial y las restricciones de viaje impuestas a Cuba por EE.UU. contradicen los valores fundamentales de la bibliotecología -la libre investigación, la libertad intelectual y el acceso sin restricciones a la información desde diversas perspectivas, y ha afectado las colecciones de las bibliotecas en EE.UU. así como en Cuba. Con las draconianas restricciones y limitaciones a largo plazo impuestas por el embargo, el simple acto de organizar una colección sobre Cuba dentro de una biblioteca estadounidense -incluyendo el trabajo de expertos cubanos (y, en realidad, del gobierno cubano)- es difícil y laborioso. Y, para los bibliotecarios cubanos, la formación de colecciones con publicaciones y obras extranjeras por escritores cubanos de fuera del país es prácticamente imposible.

A pesar de los problemas económicos y de las restricciones de viajes, Cuba ha invertido considerablemente en bibliotecas desde 1959. Existen actualmente 400 bibliotecas públicas y 6000 bibliotecas escolares en Cuba. Antes de la revolución, había 32 bibliotecas públicas en todo el país y muy pocas bibliotecas en las escuelas, especialmente en localidades pequeñas y en el campo. Además, existe la protección legal para las bibliotecas. Existe un floreciente programa de Depósito Legal en Cuba, por el cual los editores deben entregar 15 copias de cada libro publicado en Cuba a la Biblioteca Nacional, la que pasa a distribuirlas a cada biblioteca provincial. Sin embargo, esta cantidad es pequeña, ya que las necesidades son grandes. Hacer alcanzar los recursos para formar colecciones y ofrecer servicios en todas esas bibliotecas, es una empresa inmensa y difícil.

El financiamiento para la mayor parte de las bibliotecas cubanas es limitado: la Biblioteca Nacional recibe un monto de 200.000 pesos (10.000 dólares) por año, y las bibliotecas provinciales sólo 50.000 pesos por año (500 dólares), para adquirir libros. Fondos tan limitados impiden virtualmente que una biblioteca pueda organizar colecciones amplias o exhaustivas, incluso de publicaciones cubanas. Es difícil adquirir materiales cubanos que se venden por unos 5 pesos cubanos (o sea por 0,25 dólar); las publicaciones extranjeras que sólo pueden ser compradas con divisas extranjeras (dólares) están obviamente fuera del alcance de la mayoría de las bibliotecas cubanas. Las bibliotecas también tienen dificultades para obtener los dólares que serían necesarios para obtener subscripciones a publicaciones extranjeras, libros no-cubanos, productos y tecnología electrónicos. Ante estas dificultades, los bibliotecarios cubanos ofrecen todos los libros que pueden, establecen y mantienen programas activos de intercambio siempre cuando es posible; solicitan donaciones a patrocinadores y editores, establecen clubes de lectura con participación voluntaria, e inician frugalmente nuevos servicios impulsados por un innegable entusiasmo y dedicación.

En su determinación por confrontar esta falta de fondos, los bibliotecarios cubanos han desplegado su creatividad en su misión de ofrecer material de lectura a un público bien educado que aprecia la rica historia literaria e intelectual del país y del mundo. Un programa innovador ha sido el establecimiento de grupos de subscriptores en el que los participantes contribuyen libros o pagan una pequeña suma (10 pesos por año) para obtener libros nuevos. Estos grupos, llamados Clubes Minerva, comenzaron con donativos de materiales de España, sirven a mucha gente y ayudan a las bibliotecas a comprar varias copias de títulos en gran demanda. Existen planes para expandir estos exitosos clubes a otras bibliotecas cuando los recursos lo permitan. Los bibliotecarios cubanos están muy orgullosos de sus servicios de bibliotecas para ciegos, que existen en varias bibliotecas mayores y algunas pequeñas. Han recibido donativos de materiales en Braille del extranjero y han empleado a bibliotecarios ciegos para administrar algunas de las colecciones y servicios. Además, como parte de su misión de llevar libros al campo, históricamente desatendido, se ha establecido una biblioteca en cada escuela y entregan periódicamente colecciones de libros rotativas para las bibliotecas rurales distantes mediante bibliotecarios viajantes en excursiones de un día de duración en autobús, a pié o a caballo, desde las bibliotecas provinciales o públicas.

Esta misión de establecer servicios de bibliotecas en todo el país y de asegurar que haya materiales de lectura disponibles equitativamente para todo el mundo, es evidencia del compromiso y la dedicación de los bibliotecarios cubanos. Están genuinamente dedicados al servicio, participan, y tienen una conciencia crítica de las necesidades de sus profesionales y sus usuarios, así como de las necesidades y defectos institucionales. Están llenos de ideas y planes sobre cómo quisieran mejorar los servicios, aumentar el alcance al público, e impulsar más ampliamente la educación de por vida y la alfabetización entre los usuarios.

Es igualmente importante que están dispuestos a convertir sus ideas en actos. El personal de las bibliotecas está generalmente bien capacitado en la teoría, los valores y las prácticas de la bibliotecología contemporánea y el personal de la mayor parte de las bibliotecas ha completado programas especializados de capacitación o programas de estudio de la ciencia de la bibliotecología. Para ser un técnico bibliotecario en Cuba, hay que completar un grado técnico posterior a los estudios secundarios; para ser bibliotecario, hay que poseer un título de nivel universitario en comunicaciones y/o de ciencia en bibliotecas e información de la Universidad de La Habana al nivel de licenciado, maestría, o doctorado. Desde todo punto de vista, utilizan bien su capacitación para solucionar la miríada de problemas y para superar las limitaciones que encuentran en su trabajo.

Libertad Intelectual y Acceso a la Información

La formación de colecciones de diferentes perspectivas y puntos de vista es un valor venerado de la bibliotecología basado en el respeto de la libertad intelectual. Naturalmente, nos interesaba saber si los profesionales bibliotecarios cubanos compartían ese valor. Cada vez que se abordaba el tema, se convertía en el punto focal de nuestras visitas y las discusiones fueron excitantes y apasionadas. Una de las mejores sesiones fue con los bibliotecarios de la Biblioteca Nacional José Martí, con los jefes de departamento de la Biblioteca, la administración y el Director. El Bibliotecario Nacional de Cuba es el Dr. Eliades Acosta Matos, historiador. Cuando preguntamos sobre la inclusión de diferentes perspectivas en las colecciones de las bibliotecas cubanas, habló extensivamente explicando el compromiso de la biblioteca con la libertad intelectual. Señaló que "los materiales que tenemos en nuestras bibliotecas ofrecen una variedad de perspectivas sobre la revolución. En nuestras colecciones deseamos tener diversidad. Deseamos reunir materiales de todos los tipos y perspectivas. Tenemos libros de autores estadounidenses y cubanos que viven en el exterior. Queremos tener más, pero simplemente no tenemos el dinero para comprarlos. Por eso son tan importantes para nosotros los programas de intercambio con bibliotecas de todo el mundo. A través del intercambio, agregamos materiales que no podríamos comprar en el extranjero por su costo. Estamos tratando de preservar el patrimonio nacional, y nuestra política de desarrollo de las colecciones refleja las necesidades y los deseos de nuestro pueblo de tener acceso a toda clase de ideas y perspectivas."

Esta diversidad e inclusión es fácilmente verificable -mirando los catálogos de las bibliotecas y visitando sus estanterías, lo que hicimos en todas las bibliotecas que visitamos. Ubicamos libros sobre derechos humanos (Incluyendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos), sobre la libertad intelectual, la democracia y el capitalismo. Y algunos bibliotecarios vieron registros de circulación de libros escritos por disidentes, tránsfugas, y "exiliados" en Miami, incluyendo a Reinaldo Arenas y Cabrera Infante, aunque algunos volúmenes no podían circular fuera de la biblioteca por temor a que fueran robados o dañados. En una ulterior entrevista con un reportero de EE.UU., Acosta reiteró los principales problemas de las bibliotecas en Cuba: "No hay libros prohibidos, sólo los que no podemos comprar por falta de dinero. El principal problema que tenemos es la falta de recursos. Con semejante penuria, tenemos que tomar decisiones difíciles en cuanto a los libros que compramos. Decisiones semejantes son tomadas en todos los países. No compramos literatura racista, xenófoba o antisemita aunque tenemos libros importantes como "Mein Kampf" de Hitler en la Biblioteca Nacional".

Los programas de intercambio (o canje) son caminos que permiten a los bibliotecarios cubanos superar el embargo y agregar opiniones diferentes a sus colecciones. Programas activos de intercambio entre bibliotecas cubanas y estadounidenses han existido desde más de 40 años. Por lo tanto, hay innumerables bibliotecarios estadounidenses que han contribuido a diversas colecciones de bibliotecas cubanas, y pueden confirmar que las bibliotecas cubanas buscan socios en todo el mundo y que solicitan regularmente trabajos escritos por cubanos o sobre Cuba -sin consideración a su creencia política. Esto es un hecho, documentado en las actividades realizadas entre instituciones bibliotecarias cubanas y de EE.UU. durante décadas -con mutuos beneficios. Muchas colecciones sobre Cuba en EE.UU. son enriquecidas por los intercambios, y las instituciones cubanas se basan considerablemente en este método de formar sus propias colecciones. En realidad, la Biblioteca Nacional José Martí solicita normalmente a sus contactos en todo el mundo que ayuden a identificar y coleccionar literatura cubana (trabajos escritos por o sobre cubanos) para colocarlos en sus bibliotecas, e incluso que a menudo se pide a los expertos y bibliotecarios individuales de visita que ayuden en este esfuerzo. El ejemplo más reciente de este constante esfuerzo fue cuando el Dr. Acosta asistió a la reunión del SALALM de 2002 del "Subcomité sobre la Bibliografía de Cuba". Aceptaron comenzar a trabajar en una base de datos sobre autores cubanos, y que las bibliotecas cubanas contribuirían información sobre autores publicados dentro de Cuba y varios bibliotecarios cubanos estadounidenses sobre autores fuera de Cuba.

El "Proyecto de Bibliotecas Independientes"

Después de suministrar algunas informaciones sobre los servicios bibliotecarios en Cuba, trataré a continuación el tema de las "bibliotecas independientes", sus operaciones dentro de Cuba, y el apoyo y la maquinaria de relaciones públicas fuera de Cuba que las han creado y sostenido. Para terminar, comentaré sobre el apoyo público y con mandato legislativo que el gobierno de EE.UU. da a estos así llamados "disidentes".

La información que Larry Oberg y yo reunimos sobre las "bibliotecas independientes" fue acumulada visitando más de una docena de "bibliotecas" independientes en varias ciudades, incluyendo La Habana y Santiago de Cuba, y estudiando los directorios, las noticias y los archivos del sitio en la red de Cubanet, el patrocinador virtual de lo que se llama el "Proyecto de Bibliotecas Independientes". La mayor parte de los "bibliotecarios" nos invitaron a sus casas y nos mostraron sus estanterías para libros. En algunos casos, las "bibliotecas" habían dejado de existir porque los "bibliotecarios" se habían mudado a EE.UU. o habían regalado la "biblioteca", a la espera de una partida a EE.UU. En un caso, confirmamos que un "bibliotecario" en la lista de la página en la red del "Proyecto de Bibliotecas Independientes", se había ido a EE.UU. seis meses antes, aunque su nombre seguía apareciendo como director de una biblioteca en Santiago de Cuba, y se le menciona como "reprimido" e "intimidado" por su trabajo de bibliotecario en Cuba.

Descubrimos que la mayoría de las "bibliotecas" consistía de unos pocos anaqueles con libros en residencias particulares y que sus títulos eran típicos de lo que poseen numerosos cubanos y las bibliotecas cubanas. En realidad, la mayoría de sus libros habían sido publicados en Cuba, por el gobierno cubano. Sin embargo, esas "bibliotecas" también tenían una cantidad importante y aparentemente creciente de materiales provenientes de EE.UU., incluyendo publicaciones de Cubanet, de la Fundación Nacional Cubano-'Americana', del Centro por una Cuba Libre, de Ediciones Universal, de Cartas de Cuba, un libro de Vaclac Havel, y numerosas impresiones de páginas en la red de grupos anticastristas. Los materiales más comunes eran publicaciones de Cubanet. Esas publicaciones eran nítidas y claras, impresas en papel pesado y brillante, con gráficos multicolores. Se veían muy fuera de sitio junto a los libros cubanos, desgarrados y muy usados, frágiles y amarillentos.

Cuando les preguntamos sobre sus conexiones y finanzas internacionales, los "bibliotecarios independientes" nos mostraron materiales de embalaje de la Embajada Sueca y algunos matasellos de Miami y México. También nos mostraron impresiones de "noticias" de la red de Cubanet.org y otros portales anticastristas con etiquetas de ordenador dirigidas a la "biblioteca" en particular y firmadas "De la Sección de Intereses de EE.UU." Se nos dijo que el personal de la Sección de Intereses de EE.UU. entregaba muchos de los materiales no publicados en Cuba, y que recibían regularmente visitas de personal de la Sección de Intereses de EE.UU. que entregaba mensualmente paquetes junto con dinero.

Puesto que era la primera vez que se mencionaba dinero en relación con su trabajo, pregunté, "¿Para qué es el dinero?" "Por servicios prestados", respondió el 'bibliotecario'. "Estas bibliotecas ayudan a la oposición en Cuba y a nuestros dirigentes en Miami. Nos dicen lo que debemos hacer. Reciben nuestros informes y noticias. Nos dan dinero para que hagamos lo que hacemos aquí: ser disidentes y edificar la oposición al gobierno cubano". Un bibliotecario mencionó que Vicki Huddleston, que hasta poco fue Jefe de la Sección de Intereses de EE.UU. (el nivel más elevado de representación diplomática de EE.UU.) en Cuba, había visitado su "biblioteca" y había donado unos 20 títulos. Intrigada por este apoyo a los niveles más altos, estudié el sitio en la red de la Sección de Intereses de EE.UU. y encontré un párrafo admitiendo un "Programa de Libros", describiendo su plan de donar materiales a "una amplia fama de instituciones, contactos y personas influyentes en Cuba, en toda La Habana y en otras provincias según los intereses individuales". Según parece, ese "Programa de Libros" organizado por la Sección de Asuntos Públicos de la Sección de Intereses de EE.UU., distribuye libros y periódicos sobre tópicos como periodismo, ciencias políticas, literatura estadounidense, y materiales de enseñanza del idioma inglés. Sorprende que no hayamos encontrado materiales que correspondieran a esta descripción en las "bibliotecas independientes" ni hubo ninguna 'biblioteca independiente' que nos mostrara materiales independientes, académicos o educativos.

Durante nuestras visitas a los "bibliotecarios", preguntamos por la presunta represión, intimidación y confiscación de los materiales, sobre lo que mencionan y difunden informes tan frecuentemente en EE.UU. en las listas de correo-e de bibliotecarios de un grupo llamado "Amigos de las Bibliotecas Cubanas" (más tarde nos referiremos a este grupo). Sus comunicados de prensa relatan horrendas historias en las que los "bibliotecarios" son reprimidos, sus colecciones de libros confiscadas y los "bibliotecarios" continuamente intimidados y acosados por las fuerzas de seguridad cubanas, cuando no encarcelados. No encontramos ninguna evidencia semejante y ningún bibliotecario confirmó esas acusaciones de los comunicados de prensa de los "Amigos de las Bibliotecas Cubanas". Algunos "bibliotecarios" nos contaron que habían sido arrestados o encarcelados brevemente, pero inmediatamente aclararon que fue por actividades "opositoras" o por violar la ley, sobre todo por tratar de abandonar el país sin una visa de salida. Aunque una "bibliotecaria" nos dijo que había sido visitada por las fuerzas de seguridad cubanas; durante su visita ella les pidió que esperaran en la sala de estar (delante de los estantes de libros), lo que hicieron.

Para ser breve, describiré lo que vimos que los "bibliotecarios" tienen en común:

1. Se describen a sí mismos como disidentes con una historia de oposición al gobierno.

2. Muchos de los nombres de los "bibliotecarios" figuran en los sitios en la red de Miami, incluyendo a Cubanet, como dirigentes y/o afiliados de los partidos de oposición, sobre todo el Partido Solidaridad Democrático o el Partido Cubano de Renovación Ortodoxo. En realidad, 13 de los 18 "bibliotecarios" mencionados en la lista de participantes están afiliados a estos dos partidos y sus "Representantes en el Exterior" son nombrados como Directorio Revolucionario Democrático Cubano en Hialeah, Florida.

3. Tienen conexiones con grupos políticos fuera del país, sobre todo con grupos e individuos anticastristas, la mayor de los cuales ahora reciben fondos de varias organizaciones basadas en EE.UU. dedicadas al cambio del gobierno cubano.

4. Afirman que utilizan las colecciones para estimular el disenso en la población cubana -como se les ha pedido que hagan. En los primeros comunicados de prensa, se informó que los "bibliotecarios" estaban también involucrados en mejoras culturales, la promoción de la lectura, y la educación de la "nueva generación" sobre los antiguos autores cubanos y la investigación científica.

5. No han estado en prisión por actividades de las bibliotecas; más bien cualquier paso por la prisión ha sido el resultado de actividades ilegales o por su trabajo de organización de operaciones políticas dirigidas desde el extranjero (lo que es ilegal en Cuba).

6. Conocen las conexiones política, económica y diplomática del gobierno de EE.UU. con su trabajo y nos pidieron que informáramos sobre ellos cuando volviéramos a EE.UU. Varios "bibliotecarios" nos pidieron que les diéramos dinero, teléfonos, faxes, fotocopiadoras.

7.Cuando preguntamos a los "bibliotecarios" si circulaban libros entre sus vecinos, nos dijeron que circulaban libros entre mucha gente que quería leer sobre nuevas ideas, ideas que apoyan el capitalismo y la libertad. Sin embargo, cuando preguntamos a sus vecinos si conocían las bibliotecas, dijeron que no. Los vecinos con los que hablamos no conocían ni utilizaban las bibliotecas. Ya que la mayor parte de estas bibliotecas no tienen registros de circulación, había pocas pruebas de alguna actividad de préstamo.

8. La mayor parte de los "bibliotecarios independientes" nos dijeron que también eran "periodistas independientes". Como tales, la mayor parte de los "bibliotecarios" y "periodistas" disponían de más equipos de telecomunicaciones y electrónico que la casa cubana normal, por ejemplo, más de un teléfono, máquinas de fax, máquinas de escribir electrónicas y abundantes suministros para realizar su trabajo. Y esperaban que pronto les llegarían cámaras fotográficas, vídeos y grabadoras de vídeos. "¿Quién les da esos artículos?" preguntamos. "Amigos anónimos", dijeron, los habían entregado.

Por coincidencia, llegamos a una "biblioteca" cuando tenía lugar una reunión de "bibliotecarios independientes", "maestros independientes", "sindicalistas independientes" y algún tipo de organización "religiosa independiente". Habían entre 8 y 10 personas en la habitación. La mayoría eran miembros de más de una de esas organizaciones, y nos describieron la naturaleza interrelacionada de su trabajo contra el gobierno cubano, utilizando una variedad de grupos de fachada que llaman "independientes". Sin embargo, la mayor parte de sus reuniones no parecía tratar de servicios bibliotecarios o colecciones. La delegación de la American Library Association confirmó sus experiencias en 2001 en su informe: "cuando les preguntamos si se reúnen con otros "independientes" para discutir las colecciones, la mayoría dijo que se reúnen con otros disidentes para discutir en primer lugar actividades políticas y sólo ocasionalmente las colecciones y cómo administrarlas"

¿Quiénes son los patrocinadores del "Proyecto de Bibliotecas Independientes" y cómo entregan su apoyo?

Además de Cubanet.org, el patrocinador más visible y el contacto más activo de relaciones públicas del "Proyecto de Bibliotecas Independientes" es un grupo llamado "Amigos de las Bibliotecas Cubanas". La actividad primordial de los Amigos de las Bibliotecas Cubanas ha sido escribir "alertas noticiosas", anuncios y correos electrónicos a docenas de listas de correo-e solicitando que los individuos y las organizaciones condenen públicamente al gobierno cubano por su presunta represión de la libertad intelectual de los "bibliotecarios independientes". Como mencionara anteriormente, Cubanet y sus instrumentos de prensa y sitios en la red, pasan luego a diseminar las "noticias" sobre los la supuesta lucha de los "bibliotecarios" contra la censura y la represión. Al emitir frecuentes comunicados "alarmistas" y cartas a innumerables listas de correo-e, conductos periodísticos y organizaciones de derechos humanos, los Amigos de las Bibliotecas Cubanas han persuadido a varias organizaciones para que condenen la supuesta represión del gobierno cubano contra estos "bibliotecarios" y para que publiquen "conclusiones" o "informes" basados enteramente en las declaraciones, la información y los comunicados de prensa suministrados por los Amigos de las Bibliotecas Cubanas o los contactos indicados en Cubanet.org. Después de publicar una carta crítica o informe acusador el grupo de Amigos pasa a afirmar que esas organizaciones e individuos son sus miembros / partidarios, distribuye ampliamente sus informes "corroborantes" y escribe aún más comunicados de prensa con "noticias" de los nuevos miembros, que son ungidos como auténticos defensores de la libertad intelectual y "bibliotecarios independientes" en Cuba. Estos métodos de desinformación han provocado una propaganda relativamente exitosa e informes sesgados e inexactos y condenas erróneas. La BBC, Amnistía Internacional, la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas y el Comité de Instituciones sobre el Libre Acceso a la Información y la Libertad de Expresión (FAIFE), la Asociación de Bibliotecas de Canadá, ABC News, el Chronicle of Higher Education, el Washington Post, y Reporteros Sin Fronteras -han todos mencionado o denunciado algún aspecto de la "represión" contra estos "bibliotecarios"- basándose en "evidencia" suministrada en un simple comunicado de prensa distribuido por los Amigos de las Bibliotecas Cubanas, y posiblemente una entrevista o una visita a un "bibliotecario independiente" muy recomendado por el grupo.

¿Quiénes son los Amigos de las "Bibliotecas Independientes"

Amigos de las Bibliotecas Cubanas fue fundado en junio de 1999 por Robert Kent, bibliotecario en la New York Public Library, y Jorge Sanguinetty, economista y antiguo funcionario del gobierno cubano, que colabora con Radio Martí y empresario de Miami que realiza lucrativas asesorías para el gobierno de EE.UU. En el primer comunicado de prensa del nuevo grupo, publicado en American Libraries en junio de 1999, declararon que se había establecido un valeroso movimiento pionero de "bibliotecarios independientes" en Cuba en las "casas de individuos involucrados en las actividades de derechos humanos". Informaban que los "bibliotecarios" habían sido sistemáticamente amenazados y "sometidos a acoso, amenazas y breves arrestos" por las autoridades cubanas por su trabajo bibliotecario. También indicaron que las colecciones de las "bibliotecas" eran donadas por cubanos, que las bibliotecas fueron establecidas para oponerse a la "censura oficial" de las bibliotecas financiadas por el gobierno, y que los profesionales "oficiales" de las bibliotecas simpatizaban a menudo con la idea de desarrollar una sociedad civil en Cuba, pero que sentían temor y que por lo tanto no apoyaban abiertamente el movimiento. Pedían a los bibliotecarios de EE.UU. que apoyaran el "proyecto de bibliotecas independientes" y firmaban sus comunicados con una declaración de "antecedentes" declarando su "apoyo independiente, no-partidario, sin fines de lucro" para los "bibliotecarios independientes" afirmando que eran "financiados enteramente por sus miembros" sin buscar o aceptar "fondos de otras fuentes".

La mayoría de estas declaraciones simplemente no correspondían a la realidad. Además, el primer comunicado de prensa contradice categóricamente los comunicados de prensa siguientes y las informaciones que obtuvimos al entrevistar a los "bibliotecarios independientes" en Cuba. La caracterización de los Amigos de las Bibliotecas Cubanas de los "bibliotecarios" como defensores de los derechos humanos no es exacta y ha sido abandonada. Sus razones previamente indicadas para abrir las "bibliotecas" han sido abandonadas. La afiliación política de los "bibliotecarios" y sus años de oposición política al gobierno, aunque son mencionados en Cubanet.org, jamás son mencionados por los Amigos de las Bibliotecas Cubanas. La dependencia de las así llamadas "bibliotecas independientes de la dirección, publicidad y dinero del extranjero es negada -aun cuando se les pregunta. Y su pretensión de apoyo no-partidario e independiente a esas "bibliotecas" es falsa, ya que Robert Kent ha admitido que ha viajado a Cuba por lo menos 9 veces como correo a esas "bibliotecas" con financiamiento de Freedom House. En nuestras visitas a esas "bibliotecas", establecimos el hecho de que sus libros no son donados por los propios cubanos, sino por gobiernos, diplomáticos, partidarios anónimos extranjeros y agentes políticos partidarios en Miami. Y las entrevistas con los "bibliotecarios" proporcionaron más pruebas de la "falta de conexión" entre los comunicados de prensa emitidos en EE.UU. y los verdaderos "bibliotecarios" en Cuba. Mientras los Amigos de las Bibliotecas Cubanas caracterizaban a los "bibliotecarios" como activistas de los derechos humanos y defensores de la libertad intelectual, los "bibliotecarios" en Cuba nos dijeron que ellos se habían alineado intencionalmente con agentes extranjeros porque piensan que la intervención es un camino legítimo para desestabilizar el país. Caracterizaron abierta y confiadamente su trabajo como de oposición política, informando que muchos de ellos habían sido disidentes durante años, y que su trabajo de "biblioteca independiente" y de "prensa independiente" tenía el propósito de mejorar su perfil al nivel internacional y provocar al gobierno cubano. Para terminar, admitieron que la mayor parte de sus libros, fuera de los donados por EE.UU. y por correos extranjeros, existían en las bibliotecas cubanas, y que tenían poco o ningún contacto con los bibliotecarios cubanos respecto a su labor de "biblioteca".

Con amigos así...

Al documentar la historia detrás de los titulares, salió a la luz una enigmática gama de nexos entre el gobierno de EE.UU., USAID, una serie de grupos anticastristas basados en EE.UU. y muy bien financiados, ansiosos de ayudar en la transición a un gobierno, y un grupo algo volátil pero comprometido de disidentes bien pagados en Cuba, deseosos de servir en una batalla ideológica. Considerando ese entrelazamiento, una discusión de las "bibliotecas independientes" no puede ser separada del medio en el que han sido creadas y desarrolladas. Ese medio incluye la estrategia de política exterior de EE.UU. con su política de "cambio de régimen" en La Habana, el poderoso bloque de votación y cabildeo de los cubanos anticastristas basados en Miami, junto con sus docenas de agentes y organizaciones políticas bien relacionadas y su control de la política exterior e interior de EE.UU. respecto a Cuba y la generosa línea de suministro ordenada por el Congreso de dinero, material, conductos mediáticos y correos que se extiende desde las salas del Congreso hasta las casas de los disidentes cubanos.

Los insumos, los materiales y el dinero para las "bibliotecas independientes" son entregados por "organizaciones de suministro como Freedom House, el Centro por una Cuba Libre, el Instituto por la Democracia en Cuba, y el Grupo de Tareas de la Disidencia Cubana. Estos grupos mantienen una posición de vanguardia en el apoyo a la política de EE.UU., canalizan dinero y material y sirven de grupos de fachada para pagos a las organizaciones e individuos de oposición dentro de Cuba. No sorprende que el financiamiento de todos estos esfuerzos de desestabilización ha sido incorporado a las leyes de EE.UU. Un ejemplo es la Cuba Democracy Act, también conocida como la Ley Torricelli, aprobada por el Congreso en 1992: proporciona apoyo financiero y logístico y entrenamiento a organizaciones no-gubernamentales en Cuba, incluyendo a "disidentes", tales como "periodistas independientes" y "bibliotecarios independientes". Este dinero del Track II también ayuda a estas organizaciones de diferentes maneras: al escribir y distribuir "noticias" sobre sus "bibliotecas" nuevamente creadas, al desarrollar programas de capacitación a varios grupos de disidentes; al testimoniar ante el Congreso sobre los movimientos de disidentes, los problemas que encuentran en su trabajo, y el ambiente para la oposición inspirada por EE.UU. al gobierno de Cuba; al suministrar un inmenso volumen de artículos cuidadosamente preparados, "alertas noticiosas" y memorandos a los reporteros y a la prensa; y, por último, al pagar por la evaluación de la efectividad de las "organizaciones de suministro" y del dinero de USAID, por la más confiable de las empresas de auditoria, PriceWaterhouseCoopers, Inc. -de manera que sus esfuerzos y resultados puedan ser examinados y mejorados con el pasar del tiempo, y para que el dinero que es enviado a estos grupos pueda ser utilizado de la manera más efectiva posible.

Washington no ha hecho secreto alguno del apoyo dado a estos grupos y del financiamiento de los diversos componentes de los "movimientos disidentes" en Cuba, utilizando la creación de la "sociedad civil" como razón. En realidad, los grupos y sus diferentes apoyos financieros son mencionados como un programa llamado "Desarrollo de la sociedad civil a través de la diseminación de la información" en el sitio en la red del Departamento de Estado y suman millones de dólares. Los objetivos del financiamiento de sus proyectos "creativos" son mencionados junto a los montos de su financiamiento. El financiamiento -por lo que sabemos- fue de casi 16 millones de dólares; en los años anteriores de 1996 a 2001 el financiamiento fue de por lo menos 12 millones. Otros informes en el sitio en la red del Departamento de Estado, el sitio de USAID y el de la Sección de Intereses de EE.UU., revelan intencional y abiertamente los mecanismos y los objetivos que los políticos de EE.UU. y sus aliados basados en Miami han utilizado para atacar a la revolución cubana y a su gobierno.

¿Así que, qué pensamos del "Proyecto de Bibliotecas Independientes" en Cuba?

Las así llamadas "bibliotecas independientes", con su dirección, apoyo y aparato de publicidad y promoción fuera de Cuba, son reconocidas por sus miembros, sus partidarios y por el Departamento de Estado de EE.UU. como parte integral de una estrategia desarrollada en Washington para abrir una "sociedad civil" en Cuba (lo quieran o no los cubanos). Sin embargo, los patrocinadores de las "bibliotecas independientes" jamás mencionan el contexto de su trabajo ni la agenda abiertamente hostil de los partidarios de las "bibliotecas independientes" hacia la revolución cubana.

Prefieren, más bien, concentrarse en centrar y estructurar una discusión sobre la libertad intelectual en Cuba criticando el trabajo de los bibliotecarios cubanos, afirmando que las bibliotecas cubanas no han logrado proveer perspectivas y análisis, alternativos y no-gubernamentales en sus colecciones, y etiquetando a los profesionales de las bibliotecas cubanas como inocentones o agentes del estado cubano, sin preocupación por los valores de la bibliotecología, por el acceso ilimitado a la información o por colecciones equilibradas.

La existencia de las "bibliotecas independientes", sus repertorios de material radical derechista contrario al gobierno, su asociación con agentes de la Sección de Intereses de EE.UU. y de la comunidad de Miami que quieren derrocar al gobierno cubano, descalifica su principal argumento y llamado a la acción -la censura y severas restricciones a la libertad intelectual.

Con sus máquinas de fax, sus teléfonos múltiples, su constante comunicación con las organizaciones y los medios de Miami, sus informes sobre eventos que representan sus propias limitadas experiencias en Cuba y su condición de "reporteros", su trabajo de publicar comunicados de prensa alarmistas y falsos y sus entrevistas con asociaciones de bibliotecas y agencias de prensa extranjeras continúa. Tienen acceso a líneas telefónicas, algunas veces múltiples, mientras algunas de las bibliotecas públicas en Cuba siguen esperando sus líneas telefónicas para poder ofrecer acceso a Internet. Tienen acceso a la prensa extranjera y a los diplomáticos extranjeros, algunos de los cuales han trabajado en tándem con estos "disidentes" para desinformar a los políticos de EE.UU., a los medios noticiosos y al público en general fuera de Cuba.

El que existan estas así llamadas "bibliotecas independientes" demuestra que existe una cierta libertad intelectual en Cuba. Parecen tener libertad de disenso, libertad de reunirse, libertad de leer y la libertad de reunir y distribuir materiales que critican al gobierno y que apuntan a derrocar al gobierno. Tienen la libertad de aceptar dinero de fuentes extranjeras y la libertad de informar a sus vecinos así como a los visitantes extranjeros sobre sus colecciones, sus servicios, su propósito, su deseo de derribar al gobierno cubano, sus conexiones y los pagos que reciben de un gobierno extranjero hostil. Nuestras visitas a esas bibliotecas prueban lo contrario de lo que pretenden en sus comunicados y sus declaraciones a la prensa.

Continúan operando; continúan entregando informes a Radio Martí, a Cubanet y a otros medios, continúan hablando con la prensa extranjera y con bibliotecarios y diplomáticos extranjeros que los visitan. Por lo tanto, continúan siendo bien pagados por los servicios rendidos.



NOTAS

1 Acosta Matos, Eliades. Bibliotecas cubanas bajo el embargo. Tipo removible: The Newsletter of the Mark O. Hatfield Library, v. 9, no. 1 (Fall 2001), p.1-2, 4. (Tanto el texto en español como la versión inglesa están en http://library.willamette.edu/home/publications/mt/).

2 Correspondencia con el Dr. Eliades Acosta, Director, Biblioteca Nacional José Martí de Cuba, 8 de noviembre de 2002; entrevista en la Biblioteca Provincial Elvira Cape, Santiago, 31 de marzo de 2002.

3 Entrevista con el Dr. Eliades Acosta, marzo de 2000.

4 Kalman, Bill y Sara Lobman, Viaje de investigación de bibliotecarios estadounidenses pone en descubierto una campaña anticubana- The Militant, v.65, no.28 (23 de julio de 2001), p.10. Online: http://www.themilitant.com/2001/6528/652866.html.

5 La dirección en Internet de Cubanet es: http://www.cubanet.org. Su dirección oficial es: CubaNet News, Inc. 145 Madeira Ave., Suite 207, Coral Gables, FL 33134; (305) 774-1887. El último directorio de "bibliotecas independientes" está en www.cubanet.org/bibliotecas/proyecto.htm.
Cubanet es un sitio anticastrista en la red que funciona como un patrocinador informativo y promocional del "Proyecto de Bibliotecas Independientes". Sus informaciones apuntan a ayudar a que el "Proyecto de Bibliotecas Independientes" establezca su credibilidad en los medios y que se le dé la apariencia de ser un "movimiento" en crecimiento. Para este fin, su sitio en la red suministra un directorio de las bibliotecas y un archivo/registro virtual de los comunicados de prensa publicados sobre las "bibliotecas independientes". En su portada, el website afirma que "suministra una amplia cobertura online de los periodistas independientes de Cuba y otras informaciones de prensa nacionales e internacionales" y se presenta como "una organización no-partidaria y sin fines de lucro que promueve la prensa libre en Cuba, ayuda a su sector independiente a desarrollar una sociedad civil e informa al mundo sobre la realidad de Cuba". Cubanet no menciona, sin embargo, que es un importante receptor de fondos de EE.UU. y que su participación en el proyecto inspirado por EE.UU. de "crear la sociedad civil" en Cuba, ha permitido que se embolse 833.000 dólares sólo en este año provenientes del gobierno de EE.UU., según fuentes de US AID (http://www.usaid.gov/regions/lac/cu/cubaoverview/htm).

6. Entrevista con un "bibliotecario independiente" durante visitas a las "bibliotecas independientes" en La Habana. Marzo de 2001.

7. Sitio en la red de la Sección de Intereses de EE.UU., página de la sección de Asuntos Públicos, www.usembassy.state.gov/havana/wwwhpas.html.

8. Ibid.

9. Numerosos países latinoamericanos exigen visas de salida para sus ciudadanos.

10. American Library Association. "Report of Visit to ACURIL XXXI and its Host Country, Cuba, May 23-May 30, 2001." Chicago: ALA. 2001. En la red: http://www.ala.org/work/international/cubareport.html.

11. American Libraries, junio de 1999. En la red: http://www.ala.org/alonline/news/1999/990621.html.

12. De correos-e y comunicados de prensa de Amigos de las Bibliotecas Cubanas_ "ANTECEDENTES: los Amigos de las Bibliotecas Cubanas, fundada en junio de 1999, es un grupo independiente, no-partidario, sin fines de lucro, de apoyo para los bibliotecarios independientes. Nos ocupamos exclusivamente de temas de libertad intelectual, tal como son definidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos, sea cual sea el gobierno en el poder en Cuba. Somos financiados exclusivamente por nuestros miembros y no buscamos ni aceptamos fondos de otras fuentes. Para más información, envíe un correo-e a: rkent20551@cs.com o por teléfono (EE.UU.) 718- 340-8494. Dirección de correo: Robert Kent, 4-74 48th Avenue, #3-C, Long Island City, NY 11109 USA."

13. Freedom House es un importante receptor de fondos de USAID que promueve la planificación para un "futuro gobierno de transición a la democracia en Cuba". "Bajo el proyecto de Transiciones, Freedom House suministró. 40.000 libros, panfletos y otros materiales en español al pueblo cubano sobre temas como los derechos humanos, la transición a la democracia y la economía de libre mercado". El financiamiento para Freedom House fue indicado como 550.000 dólares en 2000; 275.000 en 1999; 500.000 en 1998, según se indica en "Civil Society Developed, Program Data Sheet, 516-001 http://www.usaid.gov/regions/lac/cu/516-001.html y en "Descriptions of Cuba Program Grantee Activities: Appendix A, http://www.usaid.gov/regions/lac/cu/program_report/appendix_a.html.

14. Silberman, Jonathan. "'Visit Cuba and See for Yourselves,' Say Librarians Responding to U.S. Lies." The Militant, v. 64, no. 10 (March 13, 2000). En la red: http://www.themilitant.com/2000/6410/641065.html.

15. Una actualización de mayo de 2002 sobre el "Programa de USAID para Cuba" está en: http://www.usaid.gov/regions/lac/cu/pd-cub.htm.

16. "The US AID Program on Cuba, Strategic Objective: Civil Society Developed through Information Dissemination, 516-001" está en: http://www.usaid.gov/regions/lac/cu/516-001.htm.

17. Kalman, Bill y Sara Lobman, Fact-finding trip by U.S. librarians exposes anti-Cuba campaign. The Militant, v.65, no.28 (July 23, 2001), p.10. En la red está en: http://www.themilitant.com/2001/6528/652866.html