NOTA
OFICIAL
Nuestro
pueblo ha recibido con profunda indignación la denuncia pública de las
desvergonzadas y reiteradas provocaciones del Jefe de la Oficina de Intereses de
Estados Unidos en Cuba, obviamente concebidas y llevadas a cabo como parte de la
política hostil y agresiva de la actual Administración hacia nuestro país,
con la estrecha cooperación y apoyo de la mafia terrorista de Miami y la
extrema derecha de Estados Unidos.
La
indignación popular se acrecienta con las cobardes y crueles medidas de
venganza tomadas contra los cinco compatriotas que de forma arbitraria y amañada
han sido sancionados a injustas, largas y en algunos casos perpetuas penas de
prisión, alejados de su Patria y sus familiares.
Aunque
el gobierno de Cuba se esmera en el más estricto acatamiento de las normas y
principios que rigen las relaciones diplomáticas entre los Estados; trata y
continuará tratando de actuar con extrema serenidad; brinda y brindará, al
igual que lo hace con todos los demás, total garantía y seguridad al personal
diplomático de Estados Unidos que ejerce sus labores en nuestro país, se ve
obligado a limitar sus movimientos dentro del territorio nacional, en
reciprocidad con las medidas adoptadas últimamente por ellos contra nuestro
personal diplomático en Washington.
Ningún
país por poderoso que sea tiene derecho a convertir su representación diplomática
en organizadora, financista, jefa y cuartel general de actividades para
desestabilizar, subvertir el orden constitucional, violar las leyes, conspirar
contra el desarrollo social, sabotear las relaciones económicas, amenazar la
seguridad y destruir la independencia de otro país.
Constituye
una insólita y cínica práctica utilizar las inmunidades, franquicias y sedes
diplomáticas para llevar a cabo abiertamente tales actividades. Contra esas
medidas se aplicarán las normas establecidas en el derecho internacional.
Es
absolutamente obvio el propósito de los enemigos de nuestra Revolución de
golpear y afectar las relaciones y vínculos de amistad que, paciente y
progresivamente, se han ido creando entre los pueblos de Cuba y los Estados
Unidos a medida que la verdad se ha ido abriendo paso, a pesar del diluvio de
mentiras y calumnias que, en medio de un bloqueo injusto y despiadado, ha
llovido sobre la opinión pública de Estados Unidos y del mundo sobre nuestra
Patria y su obra insuperable de justicia y humanismo. Apreciamos esas relaciones
con el pueblo de Estados Unidos y continuaremos luchando por ellas, cualesquiera
que sean las dificultades que puedan surgir.
Frente
al propósito declarado y descarado de organizar desde dentro una fuerza
mercenaria como la que nos invadió por Girón cumpliendo órdenes de un
gobierno extranjero, o formó bandas armadas, o mató a maestros y
alfabetizadores, atacó embarcaciones, secuestró a pescadores, realizó miles
de actos de sabotaje y sembró terror y luto en nuestro país, esta vez
disfrazada de aparentes inofensivos corderos para apoyar la criminal política
del gobierno de ese mismo país contra nuestra Patria, calumniar, justificar el
bloqueo, la asfixia económica y el aislamiento de nuestro pueblo, no quepa la
menor duda de que la Revolución aplicará con el rigor que sea necesario, y en
la medida en que las circunstancias lo demanden, las leyes creadas para
defenderse de nuevas y viejas tácticas y estrategias contra Cuba.
Por
estas razones, varias decenas de personas directamente vinculadas a las
actividades conspirativas que lleva adelante el señor James Cason, han sido
arrestadas por las autoridades pertinentes y serán sometidas a los tribunales
de justicia.
La
Revolución ha sido muchas veces generosa y tolerante en virtud de su inmensa
fuerza política y su capacidad para resistir en cualquier terreno cualquier
tipo de agresión. Así lo ha demostrado a lo largo de 44 años. Lo demostró
desde el punto de vista humano con los mercenarios de Girón, que apenas
estuvieron unos meses en prisión, con los cientos de contrarrevolucionarios
implicados en planes de asesinatos de dirigentes de la Revolución, y con miles
de ellos que fueron autores de actos de sabotaje y otros crímenes, todos al
servicio del gobierno de Estados Unidos, que fueron puestos en libertad antes de
cumplir sus sanciones, a los cuales se les permitió además viajar y residir en
Estados Unidos. Leyes adecuadamente severas contra graves hechos en complicidad
con el enemigo que quiere destruirnos no han sido aplicadas, aunque están
plenamente vigentes.
Pero
ello no debe conducir al engaño de pensar que los actos de traición al
servicio de una potencia extranjera, que ponen en riesgo la seguridad y los
intereses de nuestra heroica Patria, puedan gozar de impunidad garantizada. No
se puede esperar generosidad y tolerancia de la Revolución cuando somos
testigos de hechos tan brutales y repugnantes como el cruel y despiadado trato a
que están siendo sometidos cinco heroicos compatriotas, que arriesgaron sus
vidas por defender a su pueblo y al propio pueblo de Estados Unidos contra el
terrorismo y la muerte, mientras mercenarios sin escrúpulos ni conciencia, en
su inmensa mayoría vagos consuetudinarios, viven de vender jirones de la Patria
al oro del imperio esperando impunidad.
Los
que conocen la Revolución cubana saben de sobra que no utiliza jamás el bluff,
ni existe fuerza en el mundo capaz de intimidarla.
Marzo 18 del 2003